La abogada y conocida activista social, María Esther Roa, aplaudió el trabajo de los integrantes de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, pero calificó “de grave defecto” a la Sala Constitucional.
“La Sala Penal se puso el guante y desde el año pasado fueron sacando los expedientes”, manifestó Roa al mismo tiempo que aplaudió el actuar de la Sala Penal a la que consideró que es una aliada en la lucha contra la corrupción.
Luego de alabar el actuar de los integrantes de la Sala Penal, la misma se dirigió a la Constitucional a la que consideró que están para pasarle la mano a los corruptos.
“Lo hizo con Froilán Peralta y Sandra McLeod, son expedientes que para que no se tramite una audiencia preliminar o el juicio oral y público, la Sala Constitucional pide los autos principales razón por la cual los jueces dicen que no pueden señalar la audiencia porque no tienen el expediente principal”, aseveró.
La activista social aprovechó el momento para dirigirse a los ministros de la Corte y señaló que “No me pueden decir los nueve ministros de la Corte Suprema de Justicia que están luchando contra la corrupción porque aquí están los corruptos”.
Roa presentó esta mañana una serie de urgimientos para 27 expedientes que según la misma se encuentran estancados, varados en la Corte Suprema de Justicia, procesos de los grandes hechos de corrupción que fueron denunciados en su momento.
Roa mencionó los casos del diputado Carlos Portillo, quien está siendo investigado por tráfico de influencias, este había solicitado 3 mil dólares a una contadora de Ciudad del Este, para que una cámara de Apelaciones de dicha ciudad resuelva a su favor un caso. La abogada también mencionó los casos de Javier Zacarías Irún, de la esposa de este Sandra McLeod, procesados por lesión de confianza; la de Froilán Peralta, ex rector de la Universidad Nacional de Asunción, acusado por un desvío de fondos por 1.200 millones de guaraníes.
La representante de la comisión escrache también le mencionó a Carlos Heisele, ex presidente de la Ande, investigado también por lesión de confianza, cuyo caso también está parado en la justicia.
