La escribana Olga Beatriz Denis, a través de un abogado, presentó una denuncia formal ante el Ministerio Público por hechos punibles contra la prueba testimonial y contra la prueba documental, en contra de las peritos María Eugenia Benítez y Lourdes Rejala Barrientos.
Según la denuncia, en fecha 24 de julio del año 2017, la fallecida señora Ida Julia González se apersonó hasta la escribanía de la denunciante a los efectos de redactar su testamento por acto público. Al momento de la realización del testamento y firma del documento, estuvieron presentes tres testigos, su abogado de confianza y dos de sus familiares y se le solicitó a la mujer que incluso pusiera su huella dactilar además de su firma y otras formalidades requeridas para el efecto.
Posterior al fallecimiento de la mujer se inició el juicio de sucesión de la misma ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial a cargo del Juez José Miguel Villalba Báez, incorporándose el testimonio del acto testamentario debidamente inscrito en la Dirección General de Registros públicos, según la denuncia y, el cual fue redargüido de falsedad por parte de los hijos de la causante, quienes cuestionaron la firma de la fallecida y la comparecencia de la causante en el acto de testamento.
Por este motivo, el documento fue sujeto de pericias realizadas tanto a la firma de la mujer como de la huella digital de la causante. En ese sentido, la huella fue convalidada por el perito dactiloscópico Walter Sánchez Duarte, resultando claro que dicha huella pertenecía a la señora Ida González. De igual forma, la pericia de la firma realizada por el perito Librado Ramón Sánchez reconoció como auténtica dicha firma.
Sin embargo, los dictámenes periciales realizados por las denunciadas María Eugenia Benítez y Lourdes Rejala Barrientos concluyeron en que la firma inserta en la escritura pública no era auténtica.
“Claramente las peritos denunciadas concluyeron con falsedad que la firma inserta en la escritura pública no le correspondía a la testadora, quien en vida no solo dejó su impresión digito pulgar derecho y su firma al pie del referido instrumento público, sino que además estuvo acompañada de su abogado de confianza y dos familiares como testigos, procediendo incluso la testante a diagnosticarse medicamente de sus facultades mentales y físicas, por pedido expreso antes del acto” se lee en la denuncia.
Según se lee en el escrito, la denunciante afirma que, para concretar sus actos ilícitos, las denunciadas se valieron de artilugios y engaños técnicos, los cuales como mínimo indujeron a los jueces al error de apreciación de las pruebas y con ello fue impugnado un acto de voluntad real, cumplido con todas las formalidades legales.