A pedido de las defensas, el juez Raúl Florentín dispuso el sobreseimiento definitivo de la auxiliar fiscal Claudia Guillén y su padre Ramón Guillén, quienes fueron investigados por el uso en Paraguay de una lujosa camioneta hurtada del Brasil.
Florentín argumentó que no solo persiste un estado de «duda insuperable» respecto a la participación de los imputados en el hecho punible que se les atribuye, sino que además se observa que el Ministerio Público no realizó ninguna de las once diligencias previamente ordenadas por el juzgado al momento de dictarse el sobreseimiento provisional.
«Esta inacción resulta determinante, ya que imposibilita la incorporación de nuevos elementos probatorios que puedan modificar o superar el estado de duda razonable en el cual se encuentra el proceso que nos ocupa», agregó el juez.
Los abogados Cristóbal Cáceres, Álvaro Cáceres y Víctor Dante Gulino plantearon el pedido de sobreseimiento y lograron que el caso no se eleve a juicio oral. Además, el juzgado remitió a Inspectoría del Ministerio Público los antecedentes del fiscal Marco Amarilla por su actuación en la causa. Este había presentado una acusación y pidió que los mismos afronten juicio oral y público.
