La filtración de comprometedores chats que involucran al exdiputado Eulalio «Lalo» Gomes y a varios actores de la justicia ha generado un «terremoto» en el ámbito judicial. En medio de la polémica, el camarista Gustavo Amarilla ha salido al paso para desmentir cualquier tipo de negociación o injerencia indebida en procesos judiciales.
Según las filtraciones, en los chats se menciona la posibilidad de que el exministro del Interior, Euclides Acevedo, intercediera ante Amarilla para beneficiar a un imputado de nombre Anderson Silva. Sin embargo, el magistrado negó categóricamente haber mantenido cualquier tipo de conversación con Acevedo sobre dicha causa.
«Hoy me enteré de todo eso y aclaro que se trata de una causa que yo llevaba hace años atrás cuando era juez. Durante todo el tiempo que estuvo a mi cargo, ninguna de las personas fue beneficiada con arresto domiciliario ni otras medidas alternativas a la prisión preventiva», afirmó Amarilla en declaraciones a la prensa.
El camarista recalcó que, aunque es posible que se hayan presentado solicitudes de revisión de medidas, ninguna prosperó. En ese sentido, insistió en que nunca tuvo contacto con el exministro Acevedo ni con su entorno para tratar estos temas. «La única vez que hablé con él fue en un evento en el que felicitó a magistrados especializados en crimen organizado», puntualizó.
Además, Amarilla enfatizó que, más allá de las menciones en los chats, los registros oficiales muestran que nunca se concedieron medidas favorables al imputado en cuestión. «Si alguien pretendía hablar conmigo para influir en el proceso, eso nunca sucedió. De hecho, la resolución final denegó cualquier solicitud en ese sentido», agregó.
El escándalo ha reavivado el debate sobre la independencia judicial y el uso indebido de influencias en el sistema de justicia. Mientras tanto, sectores políticos y ciudadanos exigen que se investigue a fondo la veracidad de los chats filtrados y se sancione a los responsables si se comprueba la existencia de tráfico de influencias.
