El Juez Mirko Valinotti otorgó el arresto domiciliario a Carlos Miguel Stehlik Maciel, imputado por presuntamente haber creado perfiles falsos de Instagram para captar a víctimas «de alto perfil económico» a fin de extorsionarlas. Se estableció una fianza de Gs. 300 millones, entre fianza personal y una fianza real sobre un inmueble.
El abogado Jorge Barreto Méndez, en representación de Stehlik, solicitó la suspensión de la ejecución de la prisión preventiva y la aplicación del arresto domiciliario debido a que las exigencias establecidas en el art. 243 del Código Procesal Penal (CPP) se encuentran desacreditadas ya que el procesado cuenta con arraigo suficiente, no posee antecedentes penales y la pena que pueda ser impuesta es ínfima, que va de 6 meses a 5 años.
“Por la naturaleza particular del hecho no existen testigos que puedan ser manipulados ni pruebas que puedan ser frustradas a la fecha, mucho menos conoce a peritos, por ende, el mismo también se encuentra desvirtuado. Cabe resaltar que través de esta defensa, se expone que el imputado tiene la voluntad de reparar el daño particular ocasionado a la víctima, es por ello que necesita disponer de una medida menos gravosa a fin de cumplir con la intención” refirió la defensa.
El juzgado, tras analizar los presupuestos legales establecidos en la norma ut supra mencionada a fin de conceder medidas sustitutivas a la prisión preventiva, consideró que la misma es procedente, en razón a que tanto el peligro de fuga como el peligro de obstrucción a la investigación fiscal no son cumplidos, ya que el imputado no se encuentra en condiciones de modificar, eliminar, esconde u obstruir pruebas o algún acto investigativo.
Carlos Miguel Stehlik Maciel está imputado por presuntamente haber creado al menos tres perfiles falsos de Instagram para captar a víctimas «de alto perfil económico». El mismo está procesado junto con la funcionaria judicial Tania Giselle Galeano Llanes, quien cuenta con la medida de arresto domiciliario.
Según los antecedentes del caso, la mujer se encargaba de contactar a hombres “de alto perfil económico” vía Instagram; captaba a sus víctimas e intercambiaban fotos íntimas, para luego compartir las fotos de sus víctimas con su cómplice, Carlos Stehlik, quien comenzaba a extorsionar a los hombres solicitándoles dinero a cambio de no compartir esas imágenes. Se presume que el mismo llegó a recaudar cerca de Gs. 100.000.000.