La Policía Nacional brindó una conferencia de prensa en la que sus máximos responsables del área criminal ofrecieron detalles del progreso en la investigación del asesinato del teniente coronel Guillermo Moral. Participaron el Crio. Gral. Marcelino Espinoza, director de la Dirección de Investigación Criminal y el Comisario Principal Richard Vera, jefe del Departamento de Homicidios.
Según Espinoza, los operativos incluyeron allanamientos en dos domicilios ubicados en la ciudad de San Antonio, donde se realizaron incautaciones de pruebas relevantes. “Los investigadores han seguido en forma muy sigilosa los resultados técnicos”, subrayó el director criminal. Asimismo, hizo mención al apoyo permanente de otros jefes policiales como el comisario Javier Flores y el comisario Javier Maldonado.
El Comisario Vera explicó que las pesquisas permitieron llegar hasta dos personas vinculadas como supuestos autores materiales del homicidio, mediante seguimiento de transferencias bancarias que habrían recibido esas personas. Sobre el origen de esas transferencias, sostuvo que se contaba con datos corroborados pero que por la naturaleza de la investigación debían mantenerse en reserva por ahora.
Respecto al posible financista del crimen, Vera confirmó que el nombre de Jorge Guillén ha aparecido en la línea investigativa, vinculado al envío de recursos para los sicarios. Además, se mencionó la figura de “Lulú”, sobrino del supuesto financista, señalado como coordinador de las operaciones de pago. “Carlos y Ángel son hermanos de madre y sobrinos de Jorge”, afirmó Vera, aunque aclaró que aún no hay certeza sobre quién ordenó el asesinato ni cuál fue la motivación.
Durante la conferencia, los interrogantes sobre si los sicarios ya habrían sido eliminados, el monto exacto de las transferencias (hasta el momento registradas en cuatro movimientos) y la posible vinculación del financista con redes criminales internacionales fueron respondidos con cautela, ya que existen indicios, pero aún no confirmaciones.
La Policía no descarta que los ejecutores ya no estén vivos, ni categorías definitivas sobre el móvil del crimen. Las autoridades insistieron en que la investigación sigue su curso y que “se está bien parados”.







