Los agentes fiscales del Ministerio Público en general se quejan de los escasos recursos humanos y técnicos con los que cuentan en la institución, lo cual sumado a los escasos seis meses para investigar ya sea una causa compleja o medianamente simple se vuelven un obstáculo que definitivamente se debe corregir.
Ahora bien, teniendo en cuenta estas circunstancias y dándole la razón a los fiscales honestos trabajadores y que cumplen a rajatabla el imperio de la ley, no se puede deglutir o entender ni mínimamente como es que pierden el tiempo con peticiones o requerimientos claramente infundados, sin pies ni cabeza, sin razón y sin sentido.
Al cierre del año 2023 se conocía la decisión unánime de la Sala Penal con relación a un recurso extraordinario de casación presentado por el fiscal Federico Delfino, quien mediante ese recurso solicitaba que la Corte interfiera en la carátula inicial de un expediente, requiriendo se haga lugar a su pedido de procesar como autor del hecho punible de tráfico de influencias a un abogado que no detenta la función pública.
Tajante fue la respuesta al unísono de los miembros de la Sala Penal al denegar tal recurso porque no se cumplían con los requisitos básicos establecidos en la ley.
